Personas

jueves, 30 de agosto de 2012

La mudanza.

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Estoy solo en mi habitación, y en estos momentos pienso que es el mejor sitio del mundo. De hecho, estoy seguro. Mientras pienso de lo que nunca le he hablado a nadie, siento el pulso de mi corazón en la mano, muy muy rápido. Como si mi ser se presentase en mi mano y me dijese lo rápido que es todo. En mi cerebro se activa una alarma ''vas muy ciego, tío'', me dice. Mis sinapsis se alteran, le gritan a mi brazo que se mueva y me busque el pulso. El del corazón corazón. ''Que bien te sientes tío, todo sigue hacia el futuro y tu descansas en tu terraza, tío, y te haces un peta, todo se ha parado. Enciéndelo que se te ha apagado.''
Mi mente es un agujero negro de los buenos, fumando pipa con un caballo apache que ha hecho la croqueta con alguna chica guapa mientras una luciérnaga te quita la ilusión de alumbraros hasta los huesos.
Fuera de todas esta opiniones, estoy yo, pensando nombres y mas nombres.


Espero que en vuestra circunstancia todo siga igual.
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Cartas para ellos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

La circunstancia entre las sábanas de Nela.


A veces me da miedo que alguien que esté durmiendo a mi lado me grite que me quiere mientras duermo. Me da miedo por no poder contestarle que me encantaria quitarle de encima las hormigas, y decirle que le quiero.

Así empezaban todas las mañanas de Nela, con un pensamiento sin sentido pensado sin querer que no le decía nada, pero que le dejaba un día entero sin concentrarse en otra cosa. Días tras días. Por eso no tenía trabajo, decía que el dinero solo llegaba, y así era. Se levantaba, siempre con los ojos muy abiertos, porque no echaba de menos no estar consciente, y se preparaba un café, solo por asegurarse de no volver a soñar, y por acordarse de su tierra. Café de Colombia. Salsa.
Luego, salía a pasear, siempre, aunque solo diera dos pasos, aunque solo tomase el aire de los cinco rellanos que tenia que cruzar para llegar a las calles y andarlas, buscando a alguien que aún no conocía, pero que estaba segura que tenía que conocer, o al menos ver. Porque Nela, todos los días se enamoraba. Le encantaba ver a alguien y pensar en su vida con esa persona ''¡La de cosas que podríamos haber vivido tu y yo!'' decía siempre con una gran sonrisa cuando esa persona desaparecía de su vista. Y por las tardes leía, o escribía, o fumaba marihuana mientras subrayaba lo que le gustaba de las revistas de música. Mientras pensaba en esa frase, y en las personas que veía días tras días. Y yo fui la segunda y última persona que pasó por el último de esos días. Se enamoró de mí(hasta el alma), y yo de ella(hasta su alma, también). Y las frases desaparecieron de sus mañanas.

En el mundo sin arte la vida en sí puede significar la solución, la muerte o la felicidad.

Pensó la mañana que yo ya me encontraba a un gran radio de kilómetros fuera de su cama. Y decidió que no se enamoraría nunca(más) más de una vez por día. Y le gritó a un desconocido por la calle mientras reía.