Estoy solo en mi habitación, y en estos momentos pienso que es el mejor sitio del mundo. De hecho, estoy seguro. Mientras pienso de lo que nunca le he hablado a nadie, siento el pulso de mi corazón en la mano, muy muy rápido. Como si mi ser se presentase en mi mano y me dijese lo rápido que es todo. En mi cerebro se activa una alarma ''vas muy ciego, tío'', me dice. Mis sinapsis se alteran, le gritan a mi brazo que se mueva y me busque el pulso. El del corazón corazón. ''Que bien te sientes tío, todo sigue hacia el futuro y tu descansas en tu terraza, tío, y te haces un peta, todo se ha parado. Enciéndelo que se te ha apagado.''
Mi mente es un agujero negro de los buenos, fumando pipa con un caballo apache que ha hecho la croqueta con alguna chica guapa mientras una luciérnaga te quita la ilusión de alumbraros hasta los huesos.
Fuera de todas esta opiniones, estoy yo, pensando nombres y mas nombres.
Espero que en vuestra circunstancia todo siga igual.
''
Cartas para ellos.