Personas

sábado, 20 de octubre de 2012

Luna Dictadura.

Ocurrió en el futuro. Después de años de investigaciones científicas secretas, se descubrió, que la Luna era más importante de lo que ya era. No era por las mareas, o por la vida nocturna, o por los romances, era por su luz. En su luz estaba la clave de todo. Descubrieron en ella, invisibles, fuera de todas las categorías de clasificación de la materia ya conocidas, unas partículas que causaban en la unidad elemental de los seres vivos unos increíbles beneficios. Se estudiaron durante años hasta que se pudieron ''manejar'' por el ser humano. Las llamaron partículas Selne(Sl).
  Desaparecieron las enfermedades, selne las curaba todas, incluso enfermedades como el VIH, Alzheimer, Parkinson, Hepatitis e incluso enfermedades congénitas. Todas, hasta tal punto que no existía posibilidad de una guerra biológica, ni de morir por una picadura de araña, puesto que todo el mundo usaba selne a diario; También, la agricultura se vió influida. Selne incrementaba la velocidad de crecimiento de las cosechas de manera que tan solo era necesario cultivar durante un mes para crear excedentes suficientes para 5 años más para toda la población mundial; selne eliminaba el estrés, la depresión, la calvicie, verrugas, purificaba por completo al ser humano; selne y su comercialización con un precio casi simbólico debido a su sencilla y barata extracción de la luz lunar provocó la riqueza del sistema económico mundial de la sociedad selena.  Selne se utilizaba para todo. La Luna  se convirtió en la mayor solución para el ser humano.
  Tan importante era que su uso en cualquier arte estaba vetado: no podían(ni querían) dibujarla, porque ningún color ni ningún trazo podrían representar su belleza; no podían escribir sobre ella, ni utilizarla en ninguna figura retórica, puesto que ninguna palabra podía si quiera aproximarse a lo que quisiera decir sobre ella; tampoco se podía cantar sobre ella, ni representarla en una escultura. La Luna se convirtió en su propia representación artística.
  Se convirtió en un tabú. Era demasiado perfecta. Se prohibió el uso de nombres como Selene, Selena, Selen, Selo y otros parecidos, y se mató a todas las personas que ya se llamaban así. La justicia solo juzgaba a las personas que nombraban a la Luna, o que habían sido denunciadas por nombrar, menospreciar o atentar contra la Luna o las partículas selne(entre lo que se contaba el no tomar dos dósis de selne todos los días). Desapareció toda religión, porque no había nada más divino que la Luna, a la que tampoco se podía rendir culto, ya que no se podía hablar de ella.
  La Luna, a través del ser humano, conquistó la Tierra. Incluso mataron a una mujer que se atrevió a decir que era ella, Luna, la que orbitaba al rededor de la Tierra y no al revés como nos habían hecho creer.

Luna Dictadura.

lunes, 24 de septiembre de 2012

El señorcito del paraguas.

Hubo una vez, en una ciudad con mucha historia y mucha cultura muy lejana en el mismo país donde tú vives, vivía un misterioso y carismático señor tan bajito, tan bajito, que siempre subía los últimos 2 rellanos hasta el tercer piso del edificio 42 de la Calle de las Farolas donde vivía a pie, en vez de subir en el ascensor, como habría sido lo coherente y lo que cabía esperar para cualquier persona ajena a la vida de este peculiar hombre.
Sus acostumbrados vecinos se divertían viéndole subir andando todos los días hasta su casa, vestido con traje negro, pajarita azul turquesa y sombrero de copa, siempre con una sonrisa y un amable ''¡Hola vecinos!'' con su característica voz de dibujo animado. Les alegraba verle así todos los días, excepto cuando llovía, que no le veían porque el predictivo señorcito, que cuando pensaba que iba a llover(o que veía que llovía, lo cual tiene sentido) salía con su paraguas verde oscuro con el que hábilmente se ayudaba a pulsar el botón del tercer piso.
Excepto algunos datos recopilados, como que su casa siempre olía a mangos, que desde la calle llamaban mucho la atención sus flores amarillas y azules colgadas en el balcón y que el buzón que correspondía al piso tercero estaba un metro por debajo de los otros buzones, nadie sabía nada más de su vida(exceptuando su hija Simona, pero ella no forma parte de los personajes de esta historia) el día que felizmente murió dormido en su sillón. Felizmente, porque el señorcito no se olvidó de dejar una gran sonrisa en su boca antes de morir para intrigar a cualquier persona que se encargase de ver al señorcito antes de entregar por completo su esencia a los elementos, o al cosmos, o a la ciencia, o a donde fuese.

jueves, 6 de septiembre de 2012

El día que me contaron dos historias.

¿Quieres que te cuente el día que me contaron dos historias? dos historias, tan reales como inventadas. Sí, la primera de ellas, por la tarde, la de una chica risueña que decía que decidió, al ver que su gato no comía, estaba delgado, y no era feliz, enseñarle lo que eran los cereales: un bol, galletas para gatos y leche. El gato comía, y comía, y pronto, atraídos por el olor y los maullidos de placer del felino, aparecieron más gatos, todos muy delgados, no dispuestos a perderse el festín de dulces delicias. Todo el día, el gato solo pedía comer cereales, y al igual que el líder descubridor, todos los gatos del vecindario, y pronto de la ciudad, y del país, y casi del mundo entero(''excepto los de China, ahí no hay gatos'' me dijo la chica), tampoco querían comer otra cosa que no fuesen cereales. Así, es como la humanidad tuvo que darle a todos los gatos del mundo, solo cereales. Todos los gato del mundo, joder. Porque ese fue el día en que los gatos solo comían cereales. La siguiente historia fue contada justo después, por un chico rarito, tanto que incluso me extrañó que se uniera a la conversación. Nos contó, que hubo una vez un chico llamado Ricardo que por la noche, sin querer, dejó que la cucaracha que casi pisó, subiese por su pierna, solo por probar. Hasta que cansado de cosquillas, aplastó la cucaracha, impregnándose de jugos y feromonas. El chico, asqueado, siguió andando hacia su cita, comprobando como poco a poco era seguido por cada vez más cucarachas, que al oler las feromonas del humano y el insecto unidas eran atraídas, incondicionalmente hacia el chico, que corría para refugiarse de ellas, a donde no pudieran llegar. No quería ser llamado Cucarichard o algo parecido, como tampoco quería ser llamado por un programa de televisión. Así que entró en el metro. Entro en el metro, y no se bajó durante dos horas y media, durante paradas y paradas, viendo a la gente subirse y luego bajarse, esperando desprenderse del olor. Pero al salir, en otro lugar lejos, tan lejos de su casa que ya ni hablaban el mismo idioma, se volvió al verse perseguido por una inofensiva cucaracha, como un espectador indeseado. Y ahí paró de contar. ¿que por qué no nos contó el final? Porque vió una cucaracha y salió corriendo. Buenas noches, Luna.

jueves, 30 de agosto de 2012

La mudanza.

''
Estoy solo en mi habitación, y en estos momentos pienso que es el mejor sitio del mundo. De hecho, estoy seguro. Mientras pienso de lo que nunca le he hablado a nadie, siento el pulso de mi corazón en la mano, muy muy rápido. Como si mi ser se presentase en mi mano y me dijese lo rápido que es todo. En mi cerebro se activa una alarma ''vas muy ciego, tío'', me dice. Mis sinapsis se alteran, le gritan a mi brazo que se mueva y me busque el pulso. El del corazón corazón. ''Que bien te sientes tío, todo sigue hacia el futuro y tu descansas en tu terraza, tío, y te haces un peta, todo se ha parado. Enciéndelo que se te ha apagado.''
Mi mente es un agujero negro de los buenos, fumando pipa con un caballo apache que ha hecho la croqueta con alguna chica guapa mientras una luciérnaga te quita la ilusión de alumbraros hasta los huesos.
Fuera de todas esta opiniones, estoy yo, pensando nombres y mas nombres.


Espero que en vuestra circunstancia todo siga igual.
''
Cartas para ellos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

La circunstancia entre las sábanas de Nela.


A veces me da miedo que alguien que esté durmiendo a mi lado me grite que me quiere mientras duermo. Me da miedo por no poder contestarle que me encantaria quitarle de encima las hormigas, y decirle que le quiero.

Así empezaban todas las mañanas de Nela, con un pensamiento sin sentido pensado sin querer que no le decía nada, pero que le dejaba un día entero sin concentrarse en otra cosa. Días tras días. Por eso no tenía trabajo, decía que el dinero solo llegaba, y así era. Se levantaba, siempre con los ojos muy abiertos, porque no echaba de menos no estar consciente, y se preparaba un café, solo por asegurarse de no volver a soñar, y por acordarse de su tierra. Café de Colombia. Salsa.
Luego, salía a pasear, siempre, aunque solo diera dos pasos, aunque solo tomase el aire de los cinco rellanos que tenia que cruzar para llegar a las calles y andarlas, buscando a alguien que aún no conocía, pero que estaba segura que tenía que conocer, o al menos ver. Porque Nela, todos los días se enamoraba. Le encantaba ver a alguien y pensar en su vida con esa persona ''¡La de cosas que podríamos haber vivido tu y yo!'' decía siempre con una gran sonrisa cuando esa persona desaparecía de su vista. Y por las tardes leía, o escribía, o fumaba marihuana mientras subrayaba lo que le gustaba de las revistas de música. Mientras pensaba en esa frase, y en las personas que veía días tras días. Y yo fui la segunda y última persona que pasó por el último de esos días. Se enamoró de mí(hasta el alma), y yo de ella(hasta su alma, también). Y las frases desaparecieron de sus mañanas.

En el mundo sin arte la vida en sí puede significar la solución, la muerte o la felicidad.

Pensó la mañana que yo ya me encontraba a un gran radio de kilómetros fuera de su cama. Y decidió que no se enamoraría nunca(más) más de una vez por día. Y le gritó a un desconocido por la calle mientras reía.